viernes, 29 de abril de 2016

Héroes en el recuerdo: Thomas Sankara

Thomas Isidore Noël Sankara (21 de diciembre de 1949-15 de octubre de 1987) fue un capitán militarrevolucionario comunistateórico panafricanista y feminista que presidió Burkina Faso de 1983 a 1987. Es visto como una figura carismática e icónica de la revolución, por eso es conocido como el "Che Guevara africano".
Sankara tomó el poder en un golpe de estado apoyado popularmente en 1983 a la edad de 33 años, con el objetivo de eliminar la corrupción y el predominio de la ex potencia colonial francesa. Inmediatamente lanzó el programa de cambio social y económico más ambicioso jamás intentado en el continente africano. Para simbolizar esta nueva autonomía y renacimiento, llegó a renombrar al país de Alto Volta a Burkina Faso (“el país de los hombres íntegros”). Su política exterior se centró en el antiimperialismo, durante su gobierno trató de evitar toda la ayuda exterior, impulsando la reducción de la deuda odiosaestatalizando todas las tierras y riquezas minerales, para evitar el poder y la influencia del FMI y el Banco Mundial. Sus políticas nacionales se centraron en prevenir la hambruna con una autosuficiencia agraria y una reforma agraria, le dio prioridad a la educación con una campaña nacional de alfabetización y promovió la salud pública con la vacunación de 2,5 millones de niños contra la meningitisfiebre amarilla y el sarampión. Otros componentes de su agenda nacional incluyen la plantación de más de diez millones de árboles para poner fin a la creciente desertificación del Sahel, la duplicación de la producción de trigo debido a la redistribución de la tierra de los terratenientes feudales a los campesinos, la suspensión de los impuestos rurales y las rentas nacionales, y el establecimiento de un ambicioso programa de construcción de ferrocarriles y carreteras para "unir a la nación." Además, su compromiso con los derechos de la mujer lo llevó a prohibir la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados y la poligamia; al nombrar a mujeres en altos cargos gubernamentales y alentándolas a trabajar fuera de casa y a quedarse en la escuela aunque estuvieran embarazadas.
Para lograr esta transformación radical de la sociedad, incrementó cada vez más el control autoritario de la nación, finalmente prohibiendo los sindicatos y una prensa privada, porque creyó que podrían ponerse en el camino de sus planes y ser manipulados por poderosas influencias externas. Para contrarrestar su oposición en las ciudades y en los lugares de trabajo alrededor del país, también trató a los funcionarios corruptos, a los contrarrevolucionarios y a los "trabajadores perezosos" en los tribunales revolucionarios del pueblo. Adicionalmente, como un admirador de la revolución cubana de Fidel Castro, Sankara estableció Comités de Defensa de la Revolución (CDR) al estilo cubano.
Sus revolucionarios programas de autosuficiencia africana como una alternativa desafiante a las estrategias de desarrollo neoliberal impuestas por Occidente, lo transformaron en un icono para muchos de los pobres de África. Sankara sigue siendo popular entre la mayoría de los ciudadanos pobres de su país. Sin embargo, sus políticas alienaron y enemistaron los intereses creados de un conjunto de grupos, que incluía a la pequeña pero potente clase media de Burkina Faso, a los dirigentes tribales que fueron despojados del derecho tradicional de larga data con el trabajo forzoso y el pago de tributos, y por último los intereses financieros extranjeros en Francia y su aliado, Costa de Marfil. Como resultado, fue derrocado y asesinado en un golpe de estado liderado por Blaise Compaoré que era respaldado por los franceses el 15 de octubre de 1987. 
El 15 de octubre de 1987 Sankara fue asesinado junto a doce oficiales en un golpe de estado organizado por su sucesor y antiguo colaborador Blaise Compaoré.
El cuerpo de Sankara fue desmembrado y enterrado rápidamente en una tumba anónima, mientras su viuda y sus dos hijos huyeron del país. Compaoré revocó inmediatamente las estatalizaciones, anuló casi todas las políticas de Sankara, regresó al país bajo el acorralamiento del FMI y rechazó en última instancia a la mayor parte del legado de Sankara.
Una semana antes de su muerte Sankara se dirigió a la gente y dijo lo que sería su propio epitafio, remarcando que «aunque los revolucionarios, como los individuos, puedan ser asesinados, nunca se podrán matar sus ideas».
Thomas Sankara fue un hombre imbuido de ideas comunistas, pero también creyó en el Dios cristiano, fiel seguidor de las ideas más puras de Jesús, defensor pues de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad de los Hombres y en especial de las Mujeres.
Así es que su vida, constituye un ejemplo y un legado incalculable en favor y defensa de la Dignidad Humana.

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