sábado, 8 de octubre de 2016

Próxima Estación Esperanza

El invierno es largo y duro,

Caen los témpanos de las copas de los árboles, ahí donde las espinas de los pinos se llenan de escarcha y de miradas muertas.

"La cebolla es escarcha de nuestros días y nuestras noches", decía el humilde poeta de Alicante, muerto con las manos abiertas, el corazón vivo y los ojos mirando al cielo.

Miguel Hernández, alma de una España silenciada, poeta, voz de las mujeres a las que se lleva el olvido,

Millones de pestañas aleteando y de corazones palpitando al compás del peor de los miedos.

Por los ríos de España corre el amor de nuestras madres, que llevan sus lágrimas al mar, allá, en donde desemboca el Río Tajo.

Nuestras ilusiones acaban donde empieza el gran océano, en las aguas donde se ahoga nuestra soledad,

Mas luego, cuando el viento se alza, y la nubes se transforman en cúmulos, las mismas gotas de agua, que una vez mojaron nuestra cara, vuelven de nuevo a deslizarse a lo largo y ancho de nuestra alma, en lo más profundo del pecho, susurrándonos al oído que la vida es mucho más que una apuesta perdida.

Para que nos oiga el mundo.

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