domingo, 2 de abril de 2017

Penitencia

En el frío de la tarde,
cuando cae el sol,
retumbando,
se oyen los tambores.
Pies descalzos
recorren las calles,
evocando,
a cada paso,
en cada redoble,
los antiguos dolores.
De madera,
como la cruz,
de madera de roble,
es el gesto del santo,
y en el pedestal
un manto de flores.
Entre el silencio,
a la luz de las candelas,
se escuchan
los viejos cantos.
Y las niñas,
de mantilla y peineta,
encienden las velas,
para recordar
que por ese amor
que nos diste
aún está alegre
esta España tan triste.


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