jueves, 3 de agosto de 2017

Porque estás como ausente...

Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Entre las manos,
entre los dedos,
la copa rota,
y en el corazón,
en lo más profundo,
tu sonrisa barroca.

Son tus labios,
pintados de rosa,
el milagro
que las palabras
construyen al rozar,
al aletear
al compás de tu boca.

Todo rima,
en esa cadencia
que el viento
dibuja
cuando te quitas la ropa.

Sí.
Cuando no hablas,
cuando callas,
porque estás como ausente,
se alza el aire,
revuelto,
coloreando el presente.

Tus ojos,
tu pestañeo,
y el blanco de tus dientes.

En el Levante,
Más allá de poniente,
allá,
allá,
donde resoplan las marsopas,
va el Capitán pirata cantando,
cantando alegre en la popa.

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